EL POR QUÉ DE ESTE BLOG

EL POR QUÉ DE ESTE BLOG

Bueno, bueno, bueno, pues se explica en pocas palabras: ESTOY EN EL PARO.

Si, después de 34 años trabajando, ahora estoy en el paro y como la cosa me temo que va pa´ largo, pues tengo que fogá, ¿sabéis lo que es eso?, pues que necesito algo que hacer para quemar energía.

Trabajando en hostelería, tratas con todo tipo de personas al cabo del día, clientes y compañeros de trabajo, y si además la mayoría son mujeres, que somos muy charlatanas y llevamos muchos años trabajando juntas, filosofamos mucho de familia, noticias, arte, cultura, actualidad en general y cotilleos; pues eso es lo que me falta, compartir.

Cuando estoy cocinando con la radio puesta y me viene a la cabeza algo que creo es interesante y que podría compartir, lo escribo en el ordenador, y como me he apuntado al feisbuk, lo comparto con la corrala cibernética de familia y amigos.

Ahora me han dicho que sería interesante que hiciera un blog. Pues vamos a ello.

Advierto que son cosas mías, igual hay veces que se me va la olla, son cosas cortitas del día a día y los que me leen hasta ahora dicen que les hace gracia, sólo escribo cuando encuentro algo que me inspira y creo que se puede compartir.

SI ME QUERÉIS, SEGUIDME.

sábado, 26 de septiembre de 2015

OTRO SEPTIEMBRE

Pues no, este año con la llegada de septiembre ni ha llovido lo suficiente pa´ llevarse las miasmas de tó el verano ni se han marchado tan pronto los turistas, al contrario.
Y aquí sigo yo, con mis neuras, repasando las entradas antiguas de mis crónicas y viendo que no ha cambiado en nada mi opinión, sigo como el del chiste que me pasó mi gente: “si hay guerras, los políticos por seguir chupando del bote no saben cómo anestesiarnos la mente con noticias catastróficas y la gente sigue sufriendo y aparecieran unos extraterrestres…, tú qué harías?” – “Pues cocretas, que les gustan a todo el mundo, eah”-. Pues eso, con la masa de las cocretas enfriando y las lentejas hechas, toca crónica.

No hay nada, aparte de un angelito que nos ha caído del cielo, que haya cambiado mi rutina, y este angelito, que se llama Candela, se ha incorporado a la corriente familiar sin alterar paseos, salidas, comidas, cafetitos ni nada, la tía parece que ha estado ahí toda la vida. Ya tiene pá cinco meses y está adorable, achuchable y no digo nada más para no llamar al vajío, la mala suerte, el mal de ojo y todo lo que ya sabéis, que creer no creo, pero por si acaso.

Me incorporé también, además de al mundo de las abuelas, al de las nuevas tecnologías. Tengo móvil, pero no sé pa´ qué, la verdad. Es un incordio, muy grande para poder ver las letras, pesa como un mastodonte, no lo localizo cuando suena y como esté con el guasa en línea, se me queman las papas y la gente se queda esperando que conteste, y estoy segura que cuando lo necesite para llamar a una urgencia, seguro, pero seguro, que estará sin batería, porque esa es la única excusa para tener un móvil.

También anteriormente comenté que me regalaron un libro electrónico, que es al contrario, pesa menos que un libro y sí, este sí es un buen invento,  que me lo llenaron de lecturas varias. Como ando un poco dispersa en verano, pues estuve leyendo cositas entretenidas, de ya sabes… fuertotes de las tierras altas, brujas y dragones, aventuras varias y últimamente unas series de lecturas que me dijo mi hermana que eran juveniles. ¡La leche!, juveniles, me cago en la leche con la Sylvia Day, pornográfica total, pero pornográfica siguiendo la estela del Grey, con títulos como Afterburn y Aftershock, Atada a ti y otros por el estilo. Me saturé, dije basta, no sabía que para hacer una coca-cola se pudiesen escribir doce páginas, y en los libros hay unas pocas de esta serie, te puedes figurar la de hojas que pasas para seguir el hilo y encontrar un argumento que no sea tragar, chupar, sudar, empujar, volver a chupar, tragar y empujar, ¡por diossssss!, qué fatiguita, más increíble que las cuatro vueltas de campana que dan los protagonistas, el Tom Cruise en su última película de misión imposible y salen indemnes. Increíble, vaya, que si esperas encontrar pareja leyendo estos libros es como pensar meterte a policía y ser el Increíble Hulk de fuerte, totalmente fuera de la realidad. Puestos a leer fantasía, me quedo con otra clase de lectura. Vaya, que ya los he borrado del electrónico.

Sin embargo aún estoy conmovida con el último libro que me ha pasado mi hermana, en papel, se llama El arte del pastel perfecto de Sarah Vaughan. Sí, estoy conmovida cuando veo que alguien utiliza la literatura de una forma tan magistral que puede emocionar, sólo leyendo y sin imágenes puedes oler, tocar texturas, ver colores y ponerte un nudo en la garganta de emoción cuando empatizas con algunos de los personajes. Me ha encantado y me ha animado a escribir algo, porque últimamente estoy tan saturada de malas noticias y de politiqueo barato que, la verdad, aparte de un buen libro y los quehaceres diarios de ama de casa, esta es la única chispa que me ha asaltado por ahora.


Y nada, seguimos en contacto. We keep in touch, tu ya sabes…


martes, 1 de septiembre de 2015

ANASTACIA EN STARLITE 2015

Lo siento mucho hermano, no sabes cómo lo siento, pero te perdiste el concierto, maldita hernia lumbar. Te resarciremos, aparte de que te debemos tu regalo de cumpleaños, no sé cómo, pero te resarciremos de algún modo, mientras tanto, esta crónica va por ti, para que te mejores prontito.

Bueno, bueno, bueno, estoy seca de crónicas cotidianas, peeeeeeero este concierto extraordinario lo comentaré, porque como dice mi hermana, “ya tenemos crónica”.

Comenzamos por vestirnos para un concierto, con taconazos y no sé, no sé, porque después de ver el batiburrillo de vestimenta playera, bermudas y bambas que vimos esa noche, creo que mientras no arreglen la entrada, es lo mejor, porque se han gastado un pastón todo el año en promoción de este festival, donde vienen artistas que mueven masas, y ya podrían arreglar un poco la entrada, que siempre nos puede el casposerío y nos hunde el mantenimiento. Por favor, mi cuñá me dice que dónde me he criao, que protesto tanto. No sé si es protestar o constatar lo que hay, y lo yo he visto es poco mantenimiento a la entrada, que es un largo recorrido desde el aparcamiento hasta la cantera, para hacerlo procurando no doblarte un tobillo.

En cambio, una vez que subes a los autobuses que te llevan a la cantera, dentro del recinto, se está bien. Las copas no son “excesivamente” caras antes del concierto y se puede comer algo decente, la oferta es muy amplia desde abajo hasta arriba.

Luego está el concierto en si, que es otra historia. La acústica de la cantera de piedra es maravillosa y Anastacia, aunque chiquitita,  grande, muy grande, subida a unos zuecos imposibles de describir con vaqueros blancos, camiseta lencera marcando… y chaleco de flecos. Cantó con ese estilo que ha creado ella, que le llama “sprock”, mezcla de soul, rock y pop, que me enamoró desde su primer disco. Canciones nuevas y viejas, sólo cuatro músicos en el escenario y dos muchachas del coro, no hizo falta nadie más para que aquello sonara maravilloso, con una Anastacia adorable, que se jartó de hablar en inglés dejando a la mayoría del público pidiendo subtítulos, ¡porque mira que habla!, interactuando  con el público, haciendo selfies, y cada vez que gritaba “¡guapaaaaaaa!” con esa voz americana que parecía de borrachita, se nos metía en el bolsillo, simpática como si fuera nuestra prima más cercana y ese torrente de voz negra, que cuando se cambió el chaleco de flecos por uno largo de tigresa y se colocó sus gafas rockeras, nos pegó un subidón de rock que parecía que teníamos al Leni en el escenario.
Subió al escenario para cantar una canción con la pequeña de nueve o diez años que ganó  la voz  kids y lo hicieron fenomenal, y ya cuando sonó el I´m outta love, tenia al público en pié bailando. Se bajó del escenario, firmó discos, autógrafos, respondió a tres preguntas de los espectadores que habían metido en una caja… Ya te digo, simpática, cercana, gamberra y adorable Anastacia, aparte de una gran cantante, aunque eso ya lo sabía, el verla actuar en persona, me ha encantado.

Y bueno, a la salida del concierto un espectáculo de burlesque muy entretenido mientras se van marchando los que no pueden quedarse más tarde… y otro año más ver un concierto de esta categoría en Marbella que mereció la pena.


We keep in touch, tú ya sabes...