EL POR QUÉ DE ESTE BLOG

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Bueno, bueno, bueno, pues se explica en pocas palabras: ESTOY EN EL PARO.

Si, después de 34 años trabajando, ahora estoy en el paro y como la cosa me temo que va pa´ largo, pues tengo que fogá, ¿sabéis lo que es eso?, pues que necesito algo que hacer para quemar energía.

Trabajando en hostelería, tratas con todo tipo de personas al cabo del día, clientes y compañeros de trabajo, y si además la mayoría son mujeres, que somos muy charlatanas y llevamos muchos años trabajando juntas, filosofamos mucho de familia, noticias, arte, cultura, actualidad en general y cotilleos; pues eso es lo que me falta, compartir.

Cuando estoy cocinando con la radio puesta y me viene a la cabeza algo que creo es interesante y que podría compartir, lo escribo en el ordenador, y como me he apuntado al feisbuk, lo comparto con la corrala cibernética de familia y amigos.

Ahora me han dicho que sería interesante que hiciera un blog. Pues vamos a ello.

Advierto que son cosas mías, igual hay veces que se me va la olla, son cosas cortitas del día a día y los que me leen hasta ahora dicen que les hace gracia, sólo escribo cuando encuentro algo que me inspira y creo que se puede compartir.

SI ME QUERÉIS, SEGUIDME.

domingo, 3 de abril de 2016

LA MARIQUILLA IX






Se acabó la remembranza o C'est fini la comédie.

No se si todo esto vino porque cada vez que veo los ojillos azules de mi nieta me acuerdo de mi padre y de mi madre reprochándole que no le hubiese dao ni un hijo ni un nieto de ojos azules como los suyos. Se que hubiese disfrutao con este bichillo nuevo en la familia igual que con todos los anteriores y le hubiese mordido/besado, sin dientes, por todas partes, no pudo ser.  

Pero en fin, espero que el final no os defraude. Continuamos.


Entonces la madrastra, curiosa, mandó a una de las criadas para ver qué tipo de mercancía llevaba el buhonero.
Cuando la madrastra tuvo en sus manos las rosas tan bonitas, quedó prendada y le dijo al viejito que se las compraba todas. Entonces el buhonero le dijo que no, que sólo las podía cambiar por ojos y era el único trato que aceptaba a cambio de las flores.
La madrastra estaba roja de cólera, no podía permitir que un viejo no le diese el capricho de las flores, y estaba que arañaba el suelo con los dientes y las criadas se reían por detrás, viendo cómo cada vez se ponía más y más roja. Pero de repente vino su hija, la llevó aparte y le recordó que no habían tirado los ojos de Mariquilla.
Le dijo al buhonero que esperase y salió corriendo encargándole a la guardia que el buhonero no saliera de palacio.
Se fue a su cuarto y sacando una caja que había guardado debajo de su cama, la abrió. Dentro había un frasco con los ojos de mariquilla, secos, claro, pero ojos, a fin de cuenta. Cuando volvió al salón se los dio al buhonero a cambio de las flores.
El pobre buhonero, cuando vio los ojos secos y chuchurríos se imaginó que esos podrían ser los ojos de la pobre Mariquilla, así que  le dejó a la madrastra el cesto lleno de flores y salió corriendo como alma que lleva el diablo hasta su casa.
Cuando llegó se encontró a la pobre Mariquilla con los dedos desollados de tanto plegar cintas de colores y le dijo:

-“Toma Mariquilla, pruébate estos ojos que te traigo”-

Mariquilla le contestó:

 - Pero cómo buhonero, ¿sólo me traes un par de ojos?”-

 Y él le contestó:

 - “Tú pruébatelos, porque me parece que esta vez hemos acertado”-

Cuando la niña tocó los ojos y los sintió tan secos se los metió en la boca y los tuvo un buen rato chupándolos hasta que de nuevo volvieron a estar hidratados. Cuando los notó jugositos, se los puso en las cuencas y cerrándolos muy fuerte, esperó un tiempo.

El buhonero cogió las manos de la niña, se arrodilló con ella y se pusieron los dos a rezar. Rezaron tanto rato y con tanta fe, que cuando la niña abrió los ojos estos brillaban con tanta fuerza que al principio no pudo ver nada, pero al cabo de un buen rato la niña empezó a llorar y las lágrimas limpiaron los restos de polvo y suciedad y volvió a ver. El buhonero y la niña empezaron a bailar y a reír tanto rato que al final les dolía la barriga de la risa.

Se tiraron al suelo y se revolcaron, jugaron con agua y se mojaron enteros y cuando se les pasó la euforia, pensaron a ver de que manera podría desenmascarar a la mala malísima de la madrastra.

Como no podían ir sin más al castillo, Mariquilla se fue a vivir a su casa, la que era de su padre, con el buhonero, y se instalaron allí por un tiempo para pensar que era lo que iban a hacer.

Pasaba el tiempo y Mariquilla volvía a ser una muchachita feliz.

Aunque trabajaba limpiando la casa, haciendo la comida y la colada de ella y el buhonero, siempre estaba cantando coplillas de la época y ahora que no estaba tan agobiada, siempre procuraba estar limpia y reluciente.

Con el cabello brillando al sol y haciendo la colada cerca del pozo, la encontró de nuevo el Príncipe, que no había dejado de ir por allí de cacería.
En cuando la vio la reconoció y se fue corriendo hacia ella. La tomó en sus brazos y los dos dieron vueltas y más vueltas riendo y llorando a la vez de felicidad.

Cuando se tranquilizaron, Mariquilla le contó al príncipe toda la historia, lo malísima que había sido la madrastra con ella y lo bien que se había portado el buhonero.

Entonces el príncipe volvió al palacio con Mariquilla y el buhonero, que se quedó a vivir con ellos,  y de un puntapié puso a la madrastra y a su hija en la calle.

Como se había casado engañado, se lo contó todo a su padre, que anuló el matrimonio anterior y se casó con Mariquilla que era su amor verdadero.
Y VIVIERON FELICES Y COMIERON PERDICES PARA SIEMPRE…”

Más o menos es así como lo contaba mi padre, pero es imposible contarlo exactamente igual que él, porque sieeeeeeempre cambiaba algo o añadía nuevas maldades de la madrastra.

He querido compartir este cuento en honor a mi padre y a los buenos momentos que nos hizo pasar en la niñez con sus cuentos y sus historias. No nos pudo dejar mucho en lo material, pero de lo importante, nos hizo ricos, a la vista está…


Gracias papá.

3 comentarios:

  1. mariateja@yahoo.es3 de abril de 2016, 14:03

    el mas grande,aunque han pasado 13 años sigue igual de vivo en nuestros recuerdos

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  2. Papa te queremos y añoramos un monton

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  3. Papa te queremos y añoramos un monton

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