Pues
no es tan fácil escribir sobre algo que no te sale de las tripas, pero, a
petición popular, haré la crónica de mi cumpleaños, que ha sido el día diez de
Abril y ha consistido en varios eventos:
Viernes:
El primero de ellos el concierto del Jonatan, ganador del concurso “Se llama
Copla”. Nos fuimos,-cómo no-, la María, dos amigos y yo, a verlo. Difícil de
describir, porque cuando se trata de algo nuestro, pero mu nuestro, como la
selección nacional de fútbol, los toros o la copla, hay que estar ahí para
sentir las vibraciones de la gente. Igual te gusta más o menos, pero las
vibraciones de un club de fans, tan nuestro, tan patrio, tan “me pongo el mundo
por montera y aunque tenga ochenta años me levanto y me lo como, pero es que me
como al chaval, ole, ole, ole, y ole”, eso es mu difícil de describir, aunque a
la salida y luego en frío oigas a la gente que en la tele les gustó más, -pero
es que al chaval la voz le comienza a sonar un poco a rota, como de mucho
esfuerzo- y en un directo donde la gente espera que eche el resto, o sea, los
higadillos por la boca si hace falta, pues no sé cuántos conciertos llevará,
pero como no descanse, -y no quiero ser agorera-, se le romperá la voz como a la Rosa de España.
Sábado:
Bueno, luego la cena con “Tarantos y Montoyas” en un mexicano. Buena la comida,
pero nos metieron el clavazo del mes, menos mal que cada uno se paga lo suyo,
porque si no saco la tarjeta y aparecen dos guardiaciviles. Subió un poco el
presupuesto el tema de la bebida, siempre nos pasa, nos ponemos a pedir y sube un
montón. Nos confundió que en el escaparate ponía “Margaritas 1€” , pues ala
Margaritas pa tó dios, pero claro, era a un euro los miércoles o los jueves, no
sé, lo del día tenia que estar en letra pequeña, porque ninguno nos dimos
cuenta. Y luego se tercia bailoteo, ¿o no? Pues tenía yo muchas ganas de volver
a la disco que frecuentaba a los diecisiete años. Ha estado como veintitantos
cerrada y ahora ha vuelto a abrir. Sabía que no era lo mismo. Cuando yo polleaba con mis amigas era una rutina,
primero no pagabas, entrabas y visual completa como los radares, “tututututututut”,
sabías quién estaba, a quién te podías arrimar, quién te podía invitar a una
coca-cola, quién era nuevo y si había alguien que mereciera la pena…, todo eso
en una visual ¿eh? Luego la tónica era siempre la misma: música pop, cambiaba a
lento y si no había material a la vista salíamos a comprar chicle al carrillo y
volvíamos pa´l flamenquito y fin de fiesta, de 7 a 10 h.
Los
grupos, igual, los chicos más divertidos eran los que andaban siempre colocaíllos,
se reían de todo, conocían a todo el mundo y de todo hacían un chascarrillo,
pero peligro si te arrimabas y te comparaban. Luego las parejitas y por último
el novio despistao que venía solo, a ese ni te arrimabas, -asco de tíos…, o estás
libre o no estás- y luego los satélites, como nosotras.
Aquello
no era bailar, porque ninguno sabíamos, te mueves al son de la música pop como
si recibieras descargas e imitas el paso de la gente, pero siempre suelto,
nunca en pareja. Cuando se arrimaba alguno a bailar siempre era suelto y todos
los radares en funcionamiento “tututututututut ¿a por quién irá?, va a por
aquella, ¡ah, bueno! es un conocido” y “tutututututut”, hasta que entraba en tu
onda el tuyo. Entonces comenzaba el cortejo, “tutututututut” y que dirán tus
amigas, tututututut y así, hasta que ya ibas en serio con alguien y te retiraba
del circuito, porque ya no volvías a bailar nunca más en pareja con nadie, sólo
suelto y con amigas. ¿Por qué? pues porque el baile es el acercamiento vertical
de un deseo horizontal y mentira que a tu pareja le siente bien verte bailando
con otro, es como si le estuvieses engañando. Con el tiempo nos apuntamos a
sevillanas, igual, sólo las mujeres, y después a salsa, también sólo mujeres.
Los bailes latinos tienen que ser en pareja, entonces, si quieres ir a sitios
donde se baile salsa, para la mentalidad de nuestros hombres es que vas a
buscar lío. Porque, según mi hermano, un chico le dice a un chica en la disco:
- “¿bailamos?”- Ella contesta, -“no”-, y él dice: -“entonces de follá ni
hablamos, ¿no?”-. Esa es la mentalidad del baile para nuestros hombres. Pues
nada, la cosa no se merece ni una palabra más, volví el sábado después de
tropecientos años a la disco y tal como entré me salí, o más bien debería decir
que me sacaron… no me dejaron ni verla en condiciones, todavía se están riendo las
guarras de mí, “eso se llama evolución” me dijeron y nos fuimos a escuchar
flamenquito a otro sitio.
Domingo:
fin de fiesta. Me hizo mi hermana Irene una tarta con base de galletas, crema
de limón y merengue pa´ chillarle.
Y me
voy, que se están pegando los calamares con el tomate.
Vamos que has tenido un cumpleaños como las bodas gitanas!!! no te ha faltao de ná,y esa tarta de merengue por Dios se me cae la baba solo de verla en foto.Que sigas cumpliendo y escribiendo muach....
ResponderEliminarmenos mal que no somos de las que esperamos el evento pa sali sino que el evento lo montamos nosotras sino "pa morirse" pero bueno ya sabemos que lo pasamos mejor improvisando que preparando hasta la proxima
ResponderEliminarEsto parecia la boda de la duquesa de alba y la foto de la tarta pa ponerle un piso en to ricardo soriano encima de berdaguer.
ResponderEliminarUn beso y hasta luego cocodrilo