Bueeeeno,
pues eso, que no sé si os he contado que al final la niña se me casa por la
Iglesia, y resulta que mi hija y el novio pertenecen a la categoría moderna de “soy
católico, pero no practicante”, y resulta que al cura le hace toda la gracia
esa nueva modalidad. ¿Qué pasa?, pues que yo de pequeña iba a misa todos los
domingos y luego nos alargábamos a la calle Lobatas a ver a mi abuela Fraskita, que me daba el durillo pa´
comprar en la alameda el TBO de la semana, o el palmito o el pincho de
madroños, según la temporada, porque eso era lo que hacíamos los domingos. Total,
que de ir a misa y de rezar en el colegio, nos conocíamos toda la liturgia y los
rezos de la iglesia católica.
Los
domingos por la tarde, la merienda en el colegio de las monjas y peliculita de
santos. Pero, ¿qué pasó?, pues que vinieron los socialistas con las libertades
y enseñanzas laicas, por lo que el catecismo que aprendíamos en el colegio,
después de muchos dimes y diretes de la enseñanza, dejó de darse, y lo que
parecía una obligación, dejó de serlo, porque, como según los modernos había
libertad, pues se dejó de acudir a misa.
De
aquellos años en que la religión era una asignatura más, aprendí que el
fanatismo es lo peor, que al principio, antes de los profetas, prevaleció la Fe,
que el hombre siempre se hace la misma pregunta sobre el más allá, -del que no
sabemos nada-, y que todos los profetas llegaron al nirvana cuando ayunaron y que
siempre que aparece un profeta que quiere que practiquemos la igualdad y el
compartir, terminan quitándolo de en medio.
Yo
me casé por la Iglesia y bauticé a mis hijas, que luego hicieron la comunión,
pero de volver a ir todos los domingos a misa, nada. Mis hijas hicieron la
catequesis dos años, ¡y ahora son tres años! Por favor, tres años para preparar
a los críos para hacer la comunión y al final de la catequesis, ni han
aprendido nada del antiguo ni del nuevo testamento, con sus milagros y sus
parábolas, -con lo bonitas que son-, ni entienden la misa y están tan perdíos
los críos que mi sobrina ha decidido que no hace la comunión. Le tocaba este
año y decidió no hacerla porque aunque dice que cree en Dios y se siente cristiana,
no se siente cómoda con la parafernalia que se crea alrededor para hacer la
primera comunión. Como hay libertad, los padres la han dejado a su libre
albedrío, se habló con los responsables y no la hizo este año, tiene que
madurarlo y la hará cuando ella sienta que tiene que hacerla, si es que al
final la hace.
En
mi familia no se habla de religión, se habla de ser buena gente, de no hacer
daño al prójimo y de procurar no envidiar al otro si tiene más que tú, de esforzarse
en el trabajo y de ser buenos compañeros, buenas personas y ser válidos para la
sociedad en la que vivimos. ¿Pero qué sucede?, pues que como somos cristianos,
pero no practicantes, las parejas que quieren que sus hijos hagan la comunión,
tienen que pasar por la catequesis, porque tienen que aprender fuera del
colegio lo que antes era una asignatura más, y es un coñazo. Y la pareja que quiere casarse, tiene que
hacer los cursillos prematrimoniales para enterarse un poco de a qué te estás
comprometiendo casándote por la Iglesia.
Si
la persona que te explica el tema es realista y hace amenas las reuniones, no
pesan, que es lo que le ha pasado a mi hija con el tema de los cursos
prematrimoniales: viene encantá con
el cura, por lo actual, ameno, bien explicado y sobre todo, lo realista y
puesto en la actualidad de los que ya viven en pareja antes del matrimonio, o
las parejas que, sin estar casados por la iglesia, quieren bautizar a sus
hijos.
Creo
que la Iglesia
debe evolucionar, porque ante el fanatismo, yo por lo menos, me aparto, pero si
con la libertad de la que disponemos hay personas, buenas personas, dispuestas
a enseñar sin coaccionar y te hacen comprender que dentro de la religión
cristiana puedes encontrar el consuelo a los malos momentos que todos pasamos
en esta vida, sin histerias y sin dedos vengadores, las iglesias vuelven a
estar llenas, como pasa en la actualidad en Marbella, que de haber cuatro
personas mayores rezando, han pasado a estar los bancos llenos para oír la
misa.
Mi
hermana me dice que soy muy poco romántica, será que ayuno poco.
Los evangelios de mi paca
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