Pues
sí, me fui a Málaga a ver los fuegos artificiales que inauguran la feria. Tenía
esa espinita. Pero me ha sido muy difícil escribir esta crónica, hermana, por
eso no sé cómo empezar. Estoy aquí planchando, con el sudor corriéndome por el
canalillo y escuchando Canal Fiesta, con el último capítulo de Las 50 sombras
todavía en la retina, escuchando por la radio que la “máquina aqualimpia” te lo
limpia tó en un segundo, y se me van poniendo las tripas un poco color oscuro
tirando a negras… menos mal que comienza a sonar la Rosarillo y los 4.40 con
Este es mi son y me anima. Bueno, paro y empiezo la crónica.
Pues eso, que obligué ar Paco a que me llevara a
Málaga a ver los fuegos. A él particularmente no le gustan. Salimos de Marbella
a las 10 de la noche y cuando estábamos por la venta del Higuerón el coche
comenzó a marcar 35º C y pensé “malo, mu malo”. Seguimos. La entrada a Málaga
desde que se bifurcan las carreteras y tiene tantas, de lujo, sin
contratiempos. Seguimos, le digo “pregunta a ver en qué playa son los fuegos”,
ni de coña, los hombres al volante no preguntan. Seguimos. Cruzamos el puente
que va a Carlos Haya y ¿a dónde va Vicente?, a donde va la gente. Gente, gente,
gente, van hacia la playa, pero mucha gente, andando, con bolsas de comida en
las manos, neveras, sillas, ropa de playa, gente, gente y más gente, jóvenes,
viejos, todos andando hacia la playa.
Cruzamos toda la Alameda hacia el parking de la
plaza de toros de la Malagueta. ¡¡¡¡JA!!!! Ni de coña, hay cola en todos los
parking. Le damos la vuelta a toda la manzana y le digo “aparca en cualquier
hueco que van a comenzar los fuegos y no los voy a ver”, y no lo quiere dejar de
cualquier manera, no lo vaya a retirar la grúa. Seiscientos millones de coches
subidos a las aceras para ver los fuegos y se van a llevar el nuestro… Por fin
lo sube a la acera y me acerco al paseo marítimo para ver los fuegos que
empiezan. Un espectáculo, la playa llena de gente y los fuegos con la música a
toda caña. Preciosos, los vi un poco lejos para mi gusto, la próxima vez, si
puedo, me voy más temprano, pero me voy con alguien a quien le guste los
fuegos.
Los malagueños decían que habían durado poco este
año, por el tema de los recortes, pero a mí me gustaron mucho. Y la vuelta ni
te cuento, con lo preciosa que estaba Málaga con las luces encendidas y esa
calle Larios con el puerto, divina. No paramos ni pa´ tomar agua hasta llegar
al puerto de Marbella, menos mal que la noche se arregló, pero pensaba en
algunos momentos “una quiere un Christian Grey en su vida”, sobre todo cuando
hay algo que realmente te gusta. No se pueden leer libros que son la fantasía
sexual y vital de las mujeres a la máxima potencia, porque luego pasa lo que
pasa…
No hay comentarios:
Publicar un comentario