Tenemos
tendencia a recordar tiempos pasados con mucha benevolencia, porque solemos
quedarnos con los buenos momentos y olvidar los malos. O sea, hablo de una vida
normal sin ningún tipo de trauma ni desgracia grave, aunque al final de tó se
sale.
Hay
que avanzar y vivir el momento, porque recordando el pasado, no disfrutamos el
ahora.
Estando
en una tienda de fotos viendo retratos de la Marbella antigua, la
dependienta me oyó hablar de lo bien que estaba ahora el paseo marítimo y de cómo
se ven las playas salvajes en las fotos antiguas y me decía la chica, “menos
mal hija, que no eres de las que dicen que antes se vivía mejor en Marbella,
que no veas las discusiones que tengo con la gente”.
A
ver, yo recuerdo que de chica yo tenía una libertad en la calle jugando de la
que no han disfrutado mis hijas, porque casi no pasaban coches y en verano por
la playa, cuando nos daban vacaciones en el colegio, nos íbamos sin vigilancia
alguna de mayores y no pasaba nada. Mi hermano se rompió dos veces el brazo, quedando
aquello como anécdota de cosas de niños. En cambio a mis hijas no las he dejado
ir solas a ninguna parte, ni siquiera de más mayorcitas, las acompañaba siempre
al parque, a la playa o a la plaza para que jugaran y si no, en casa, porque
había muchos coches y peligros en cada esquina.
También
es verdad que antes las puertas sólo se encajaban y casi nunca se les echaba la
llave, pero ¿qué se iban a llevar?, ¿el mulo del establo? No sé, yo recuerdo un
pueblo donde todo el mundo se conocía, había dos barrios con calles mal
pavimentadas que formaban lodazales cuando llovía, casas viejas y muros llenos
de piedras y grietas donde se escondían salamanquesas y ponían sus huevos las
arañas gordas y el pueblo entero era un parque para nosotros…, peeeeeero: Marbella
ha crecido, se ha hecho una ciudad con grandes barrios y zonas cosmopolitas
donde ahora vienen y van gentes que ni sabes quienes son, pero tienes que
avanzar. Si, no puedes dejar a los niños solos en las calles, pero hay
infinidad de parques sin ningún tipo de peligro donde los puedes llevar a fogar ,y sí, hay que cerrar las puertas con llave y tener cuidado con el monedero en
el bolso, pero eso es porque hay algo que robar, ¡pues a tener cuidado!.
Una
cosa es recordar con agrado una infancia distinta y otra pensar que cualquier
tiempo pasado fue mejor. ¿Mejor en qué?, ¿ en que éramos más jóvenes, en que no
teníamos achaques, ni canas, ni michelines, ni hora pa recogernos? Pues lo
siento, pero ahora tenemos achaques y no somos jóvenes, pero tenemos que vivir
la vida que nos hemos construido y tirar pa´lante.
Es
mi opinión, lo siento, no puedo con el tipo de recuerdo que se regodea en
lo antiguo, me suena a chocheo y a vejez. Hay que crear recuerdos nuevos y que
sean satisfactorios, porque sigue habiendo papas, aceite y huevos como antiguamente, y se puede recordar el sabor de una buena tortilla con pimientos, pero abriendo
los ojos al ahora y ver una ciudad luminosa que tiene cerca unas magníficas
montañas, a donde puedes llevar a tu familia y hacer senderismo con una
botellita de agua y bocadillos de tortilla de patatas para sacudirte la
nostalgia de cuando tú eras como ellos. Porque nuestro tiempo es ahora y vivir
en el pasado sin disfrutar el presente no es sano, ni para ti ni para tu
familia.
Yo
también tuve mi minutillo de gloria con diecinueve y veinte años, en los que se
paraba el tráfico y los albañiles casi se mataban en los andamios para piropearme.
Ahora disfruto viendo cómo se lo hacen a mis hijas, pero mi tiempo ahora es
otro, no puedo competir con ellas, es insano pretenderlo siquiera, aunque no
renuncio a ponerme en forma, a ver si lo consigo alguna vez.
Chicas,
nos vemos en Pilates.
oleee oleee oleee...mi Paca...que me gustan tus cronicas...jajajaja...
ResponderEliminarAdela
un libro, quiero un libro tuyo ya,tus cronicas me saben a poco, necesito un buen tocho
ResponderEliminar