Lo siento
mucho hermano, no sabes cómo lo siento, pero te perdiste el concierto, maldita
hernia lumbar. Te resarciremos, aparte de que te debemos tu regalo de
cumpleaños, no sé cómo, pero te resarciremos de algún modo, mientras tanto,
esta crónica va por ti, para que te mejores prontito.
Bueno,
bueno, bueno, estoy seca de crónicas cotidianas, peeeeeeero este concierto
extraordinario lo comentaré, porque como dice mi hermana, “ya tenemos crónica”.
Comenzamos
por vestirnos para un concierto, con taconazos y no sé, no sé, porque después
de ver el batiburrillo de vestimenta playera, bermudas y bambas que vimos esa noche,
creo que mientras no arreglen la entrada, es lo mejor, porque se han gastado un
pastón todo el año en promoción de este festival, donde vienen artistas que
mueven masas, y ya podrían arreglar un poco la entrada, que siempre nos puede
el casposerío y nos hunde el mantenimiento. Por favor, mi cuñá me dice que dónde
me he criao, que protesto tanto. No sé
si es protestar o constatar lo que hay, y lo yo he visto es poco mantenimiento
a la entrada, que es un largo recorrido desde el aparcamiento hasta la cantera,
para hacerlo procurando no doblarte un tobillo.
En
cambio, una vez que subes a los autobuses que te llevan a la cantera, dentro
del recinto, se está bien. Las copas no son “excesivamente” caras antes del
concierto y se puede comer algo decente, la oferta es muy amplia desde abajo
hasta arriba.
Luego
está el concierto en si, que es otra historia. La acústica de la cantera de
piedra es maravillosa y Anastacia, aunque chiquitita, grande, muy grande, subida a unos zuecos
imposibles de describir con vaqueros blancos, camiseta lencera marcando… y
chaleco de flecos. Cantó con ese estilo que ha creado ella, que le llama “sprock”,
mezcla de soul, rock y pop, que me enamoró desde su primer disco. Canciones
nuevas y viejas, sólo cuatro músicos en el escenario y dos muchachas del coro,
no hizo falta nadie más para que aquello sonara maravilloso, con una Anastacia
adorable, que se jartó de hablar en
inglés dejando a la mayoría del público pidiendo subtítulos, ¡porque mira que
habla!, interactuando con el público,
haciendo selfies, y cada vez que gritaba “¡guapaaaaaaa!” con esa voz americana
que parecía de borrachita, se nos metía en el bolsillo, simpática como si fuera
nuestra prima más cercana y ese torrente de voz negra, que cuando se cambió el
chaleco de flecos por uno largo de tigresa y se colocó sus gafas rockeras, nos
pegó un subidón de rock que parecía que teníamos al Leni en el escenario.
Subió
al escenario para cantar una canción con la pequeña de nueve o diez años que
ganó la voz kids y lo hicieron fenomenal, y ya cuando sonó
el I´m outta love, tenia al público
en pié bailando. Se bajó del escenario, firmó discos, autógrafos, respondió a
tres preguntas de los espectadores que habían metido en una caja… Ya te digo,
simpática, cercana, gamberra y adorable Anastacia, aparte de una gran cantante,
aunque eso ya lo sabía, el verla actuar en persona, me ha encantado.
Y
bueno, a la salida del concierto un espectáculo de burlesque muy entretenido
mientras se van marchando los que no pueden quedarse más tarde… y otro año más
ver un concierto de esta categoría en Marbella que mereció la pena.
We keep in touch, tú ya sabes...
😭😭😭😭
ResponderEliminar