Qué
pronto se me pasa el tiempo. Parece mentira. Cuánto más vieja voy, más rápido
pasa todo. Hace apenas tres meses, estando en una tienda, la dependienta que me conoce, me pregunta: “¿qué
tal todo?” Y contesto: “demasiado bien,
estoy por darme un martillazo en el dedo meñique pa´ tener algo de lo que
quejarme, porque llevo el año de lujo y me da miedo”.
Pues
nada, se me presentaron las Pascuas con la muerte de mi tía y todavía lo llevo
regular. Hace ya más de un mes y han sido unas Navidades de lo más agridulces,
porque aunque hicimos toda la parafernalia del amigo invisible, comidas con
nuevas recetas, reuniones familiares y salidas varias, han sido unas navidades raras,
porque es una falta tan reciente que a la pobre mía la queríamos incluir en
todo y…. no estaba. Por cierto, a la misa del mes asistió el Duque de Huescar con sus dos hijos, cosa que mi tío le
agradeció especialmente, y toda la familia, por el detallazo, sabiendo lo muy
ocupado que está este señor. Mi tío lleva muchos años trabajando para la casa
de Alba y el detalle de la asistencia a la misa de mi tía es muy de agradecer.
Tengo
que compartir la nueva receta, hecha especialmente sin gluten y sin lactosa
para los alérgicos a esos componentes:
Redondo
de ternera de carne picada, aliñada con sal, pimienta, pasas y piñones con huevos
duros por en medio. Poner en la bandeja del horno papel de horno, cubrir con
tiras finas de panceta y cebollas caramelizadas. Dos cebollas gordas picadas y
puestas a freír en la sartén con medio vaso de aceite y dos cucharadas grandes
de azúcar y dejar pochar hasta que cojan color y estén blanditas. Cubrir con
esta mezcla la panceta. Luego extender la carne picada y por último hacer una
fila india a la mitad con los huevos duros, dos o tres, según la cantidad de
carne. Hacer, con más maña que fuerza y aprovechando el papel de cocina, un
brazo de gitano alrededor de los huevos de manera que la panceta cubra toda la
carne, meter en una malla y al horno. El horno, según la cantidad de carne, se
suele calcular a hora por kilo. Luego dejar enfriar y cortar como fiambre.
He
pasado un catarro, porque me enfrié viendo las cabalgatas el día de reyes, que
me ha tenido fuera de circulación unas semanas, pero ya estoy bien ¿eh?... Aprovechando
para ponerme al día en lectura. Por cierto, ya comenté en una crónica sobre
lectura que leí a un escritor sueco y cuál sería mi sorpresa al descubrir que
hay una serie los domingos por la noche basada en estos libros. Son Los crímenes de Fjällbacka, y está muy
bien. También, buscando algo de lectura light, he descubierto a la Megan Maxwell, que tiene una
diversidad de libros enorme, con títulos como “Diario de una chirli” o “Los príncipes
azules también destiñen” y especialmente una trilogía del tipo Las 50 sombras de Grey, pero entre una
española, con familia en Jerez y un alemán con la empresa afincada en Madrid.
Yo sé que, quitando la parte del mete y saca que hay en la historia, en todas
las posturas y posiciones que la mente pueda imaginar, y siempre desde la
posición que son relaciones compartidas, no forzadas, -que hay una gran
diferencia-, las historias son historias, pero la mezcla de los protagonistas
con la frescura a la hora de relatar las situaciones en que se encuentran,
hacen de los libros de esta escritora especialmente divertidos para cuando
quiero evadirme.
Bueno,
y quitando que he vuelto a la rutina de andar todos los días, que en estas
fechas me hacen quedarme con la boca abierta con las puestas de sol rosadas de
Marbella, las mejores del mundo mundial,
hasta que no haya algo nuevo y excitante que me ponga cardíaca pa´
sentarme a escribir, o vuelva de alguna salida especial que quiera compartir
con el ciberespacio, no hay nada más….
¡Ah,
se me olvidaba!, también tengo nueva bebida predilecta. Sabéis que soy la fan
number one de la ginebra Bombay Saphir con tónica. Pues resulta que, después de
dos intentos de asesinato por parte de los camareros hacia mi persona al
servirme gin tonic de garrafón peor que colonia de a litro, y probar ginebras
que van de Premium y resulta que la cabeza y el estómago al otro día no
responden, estas Navidades decidimos hacer un nuevo combinado a base de llenar
el vaso de la picadora con hielo, angostura, una lima en cuartos, chorreón de
zumo de lima y chorreón de tequila, un poquito de azuquita y todo bien batido
hasta lograr textura de granizado, y ya tenemos el Margarita Frozen. Bueniiiiiiiisisisisisismo.
Comenzamos
el año, gracias a todos los que me animáis a seguir escribiendo y… We keep in
touch, tú ya sabes.