A ver
cómo hilvano esto. Esta crónica tiene que ver con que yo me crié en un tiempo
en que la mujer tenía HONRA, los banqueros tenían ÉTICA y los reyes tenían HONOR.
¿Qué
pasaba con las mujeres de mi época?, pues que tener relaciones sexuales antes
del matrimonio era pecado. Si, un pecado muy gordo, que se hinchaba y a los
nueve meses explotaba, lo cual te señalaba y te ponía la etiqueta, por lo menos
de “fresca” y por lo demás de “guarra”. Menos mal que todo eso pasó y ahora,
con los anticonceptivos, la mujer tiene libertad de decidir cuándo se hincha o
deja de hincharse. Pero ahora está el otro súper extremo de la película, donde
además de elegir cuándo te embarazas, tiras de catálogo porque decides que no
quieres padre. No lo entiendo. Si ya es difícil criar un hijo con pareja, -porque
es muy difícil criar un hijo-, no sé hasta qué punto tirar de catálogo
beneficia a una persona. Porque, hasta hace poco, hacer un hijo o decidir tener
un hijo de alguna manera, era cosa de dos. Pero ahora no y estoy hecha un lío. No
sé si la
Srta. Cruz, por poner un ejemplo, es una
valiente o se ha metío en un embolao de mil pares de cojones. No lo sé, me
imagino que habrá una cibercrónica dentro de veinte años donde se verá la
evolución de este tema. No puedo decir más porque estoy expectante. Y el tema de
la honra, habrá que estudiarlo como a los neandertales, porque, si una madre
va a las televisiones súper orgullosa de que su hija tenga el kiwi en venta para
unos famosillos, que encima la dejan embarazada, cobrando por ello, pues ¿qué
significa hoy en día tener honra en una mujer?. Je ne se pá de cuá.
Luego
viene lo de los banqueros. El dueño de la empresa en la que trabajo ¿trabajaba?
, no sé…, era un banquero que cuando hubo indicios, -y digo “indicios”- de
posible desfalco en su banco, hace una pechá de años, este buen señor se
suicidó. Sí, se pegó un tiro por no poder soportar el escándalo social que
suponía en aquella época ingresar en prisión… la caña, vaya. Y luego está el
otro súper extremo del banquero que no sólo hizo desfalco y fue a la cárcel,
con la consiguiente campaná que ello supuso para su entorno de familia y
amigos, sino que se pasea por las televisiones, escribe un libro y se mete en
política. Creo que este tipo de práctica que está cimentada en la falta de
ética, es sólo engordar para morir. El otro día le preguntó una periodista a un
profesor de economía de una universidad, si iban a incluir en los estudios la
ética, porque creo que lleva razón al pensar que toda la mala práctica de los
bancos viene de universitarios economistas que en su día presentaron a los
jefes sus planes de enriquecimiento con malas praxis y éstos, que se suponen
que son los mayores, en vez de darles un cogotazo que se dejaran los piños en el suelo, les dijeron: -“pa´lante
niños y entretenerse un poquillo con eso”-. Y os preguntaréis que qué significa
para mí la ética: pues, por ejemplo, no engañar a los clientes del banco para
que inviertan sus ahorros en productos tóxicos y no aprobar hipotecas a sabiendas de que las propiedades están sobre valoradas.
Y ya
lo último, que me tiene de los nervios, es ver cómo el Rey de España deja que a
su familia la hundan en el barro. Ya cuando hace un año se tiraron a la yugular
del yerno y tuvieron que irse de España, yo creía que el Rey diría: -“vale, lo
han hecho mal y lo pagarán, todos seremos iguales. Nunca lo pensé, no me lo
podía creer, no por nada, sino porque soy el Rey de España, coño”-. Luego,
viendo el escarnio y la burla a la que fue sometida su familia, pesé que se haría
cargo de la situación, plantaría los
cojones encima de la mesa y diría: -“VALE, PERO AQUÍ CAERÁ TÓ DIOS”-, no se
salvará nadie, el que haya metido mano en las arcas, inmediatamente fuera de la
política lo primero y devolver el dinero, lo segundo, pero de un plumazo, así, ¡zás!
Peeeeero, aparte de no suceder nada de esto, se han ido añadiendo más
escándalos y además, de su propia cosecha. Nos queda el hijo, que no sabemos
todavía de qué pasta estará hecho. El súper extremo en este caso, es ver cómo
el príncipe se ha casado con una señorita divorciada, que en la época en que yo
me crié en esta España, -Católica Apostólica Romana y Trompetera de Cristo-, eso era
impensable. Y que conste que a mí la Leti me conquistó en cuanto hizo el paseíllo
del brazo del príncipe con aquel maravilloso vestido rojo, que tuve que gritar:
-“¡¡torera, torera, torera y olé!!”-, porque desde mi casa oía chirriar los dientes
de una pechá de gente.
Ná,
lo que yo te digo, que todavía me quedan por ver cosas que me dejan con las
patas colgando.
poderoso caballero es don dinero y ante su color ni hay etica ni hay verguenza ni honra ni ná
ResponderEliminarni etica ni honra ni ná,adonde vamos a llegar cuñá?si hasta el Papa dimite,después de habernos desgraciao el belencito,mira que quitarnos a los animalitos!!!!
ResponderEliminarjajaja...No....si al Rey ya se le veia cojear jajaja...
ResponderEliminarBuen blog. Muy interesante.
ResponderEliminarYo también escribo uno. Si quieres echale un vistazo, soy de Marbella tambien:
www.malagasensual.blogspot.com
saludos.
lo que no se hace por amor,se hace por dinero
ResponderEliminarCreo que todas las épocas han tenido sus mas y sus menos, solo que ahora hay más información o desinformación, que todo depende quien informe....y de que. En cuanto a moral y ética es una tema apasionante y larguisimo de desarrollar. Siempre estupenda Amiga Paqui, es un placer leerte.
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