Reconozco
que esta crónica es muy polémica, porque me juego mucho al escribirla, ya que
sería para abrir un debate. Pero como son mis opiniones, si no estáis de
acuerdo, escribídmelo en los comentarios. Va, como todas las mías, de sentimientos.
Es
que todos los días doy gracias a Dios, ya que he nacido mujer, por haberlo hecho en esta época y en esta
Marbella tan cosmopolita, donde a día de hoy se respeta la manera de pensar de
todo el mundo.
Todavía
lloro cuando recuerdo las imágenes de la película “Flor del desierto”, que va de la modelo somalí que denuncia la
práctica tan aberrante de la ablación a la que someten en su país a las niñas.
Las imágenes de la película son aterradoras por lo vívido que es ese momento,
en ese pedregal al que lleva la madre a su bomboncito de chocolate de tres
añitos y le abre las piernas pa´ que aquella mal nacida, hija de la gran putana,
le corte sus partes íntimas y se las cierre con espinas, y luego dejarla llorando
como un cachorrillo abandonao en el pedregal, porque la madre tiene que dejarla
pa´ ir y ponerle de comer al esposo y a sus otros hijos. Los alaridos que da
esa criaturita todavía me causan escalofrío y espanto. ¡Por Dios!, es que es
inconcebible que a día de hoy una madre haga todavía eso a sus hijas. Son peores
que cabras, no tienen seso en la cabeza, son peores que rumiantes de ojos vacíos
que solo mascan yerbas y hacen lo que los hombres les dicen.
Gracias
a Dios, a las mujeres en el mundo civilizado se nos han concedido unos derechos
por los que se han peleao, arañao y pataleao, para que se nos considere
personas y no vacas. Pero aparte de los derechos, está la independencia
económica. Cuando una mujer está abrumada por la casa, los hijos, poco
presupuesto y un marido intransigente, suele estar siempre iracunda,
desesperada y amargada. La casa es un infierno para ella y los suyos, por la
puerta entra la pobreza y por la ventana se va la alegría y algunos hombres se
aprovechan de esta situación para dominar a la mujer y llevarla a tal estado de
desesperación y nublarle la mente de tal manera, que ella ve normal cualquier
aberración que quieran hacerle a ella y a sus hijos. Cómo me gustaría ser en
estos casos la capitana de un grupo de brujas con escobas y entrar en estas
casas donde se cometen este tipo de abusos y hacer un akelarre -imaginaos lo
que os de la gana- que le quitara a estos tipos las ganas de repetir el abuso a
las mujeres y a los suyos.
Está
en nosotras el apoyarnos y no consentir que se den estos casos. Y es así, si no,
cuando se ven esos poblados donde sólo hay destrucción y polverío y con los primeros auxilios llegan cooperantes, profesores que con tres tablones plantan una escuela para niños. Son
gente inteligente que saben que, con el conocimiento y el saber, llega la
dignidad y puedes ser pobre pero digno, e
intentan quitar de la cara esa mirada de vaca-burra inocua que deja que un
cualquiera le dé una somanta palos y abuse de ella y los suyos sin hacer nada para impedirlo.
Por
otra parte, no estoy nada de acuerdo con que se utilice a los niños como moneda
de cambio para hacer daño a los padres. Si tu pareja no te sirve como pareja,
déjala, pero no utilices a los niños como instrumento para dañar al otro,
porque no sabes si tu hija el día de mañana se hará cargo del padre o de la
madre, porque aunque pasen cuarenta años y ya ni te acuerdes de aquel o aquella
que fue tu pareja, su padre o madre será para toda la vida y eso no hay quien
lo cambie, a menos que hayas recurrido a tirar de folleto y seas padre o madre
solo. Ten presente que cuando te separas, te separas de tu pareja, pero sólo de
tu pareja, los hijos son de los dos y se supone que unos buenos padres sólo
quieren lo mejor para sus hijos. Por eso me encanta la Preysler, que hasta el
momento ha sabido quién es el padre de cada uno de sus hijos y quién es su
pareja: “Si tú estás mejor con tu padre en Miami, puerta, él que cuide de ti,
que pa´ eso es tu padre. Si tú estás mejor en la finca haciendo vino, puerta,
que tu padre sabrá también qué es para ti lo mejor”. No hay que violentarse, si
todos buscamos lo mejor para nuestros hijos, tan válido es un padre como una
madre.
¡Ay!,
pero si alguno o alguna abusa de la familia con maltrato y violencia, yo no
avisaba a la policía, pa´ qué, si el que va a por ti, al final termina
matándote. Sólo hacía una llamada de socorro a unas cuantas amigas y entre
todas le hacíamos un akelarre –invéntate lo que quieras, que te apoyamos-, que
se acabaría la violencia de género y lo que pasara en la cocina de cada una, se
quedaba en la cocina. ¿O NO?
Polémica? EVANGELIOS
ResponderEliminarvamos a empezar a dar ideas
ResponderEliminarTu sobri preferida: LA FOTO DA MIEDOO!! BRUJAS..
ResponderEliminarjajajajaja,La Paca for president!!!!sapos,culebras y ranas el que no la paga hoy la pagará mañana!!!!
ResponderEliminarA la policía no ,llamame a mi que yo busco refuerzos!!!!!
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