Olé,
olé y olé. Otro mes DIVINO que comienza en el calendario.
Tengo
que dar las gracias a tantas personas que leen mis crónicas y me animan a
seguir, porque iba a seguir con la tónica de “por fin 3.000 visitas” y cuando
miré el contador me había saltado las 3.000 y las 4.000 visitas. Si seguimos
así, a ver si algún famosillo en la tertulia dice que de lectura fácil del
verano ha tenido mis crónicas y llegamos a las 5.000 rápido. Así que a
compartir, compartir, compartir, -si os gustan claro-, porque cuando alcance
las 5.000 visitas dice mi editora que me regala un osito de peluche -y a lo
mejor hasta me contratan para tertuliana en algún sitio-.
A lo
que vamos, agosto es para los turistas y ha sido intensísimo. Me encanta
Marbella, nací en Marbella, ejerzo de Marbellera y me emociono con todo lo que
pasa en mi ciudad. Cuando paseo por el centro y veo sólo caras amables en las
gentes que comen a dos carrillos los churros y no hace falta que te metan la
carta en la cara para que te sientes, como en otras ciudades, sino que hay cola
de gente esperando, veo que este mes de agosto se ha triunfado en los
restaurantes. Pero como dice mi marido, -“pues
ahora vas y les preguntas y seguro que no han ganao ná, tó son pérdidas”-.
Paso
andando por el centro, me recorro el casco antiguo por las tardes-noches y el
ambiente de los primeros días, se convierte en pesadilla cuando llevas ya
veinte días de tropezones, chocazos, sudor, olores compartidos y pasillos entre
mesas…, pero hay que tener paciencia y por favor, AL TURISTA UNA SONRISA,
porque bueno, Agosto es así, pero sólo es un mes al año y nos quedan otros once.
Durante
este mes los que vivimos aquí todo el año también hemos salido y hemos comido
fuera, y aunque entre medio de tanta mar sólo somos una gota, somos la gota que vive aquí todo el año, y si
este mes algunos bares, al olor de la marea, ha subido precios y bajado
calidad, lo hemos visto. El que ha mantenido la calidad -e incluso la ha subido- y ha mantenido los mismos precios, que nos siga esperando este invierno, pero
los otros, espero que hayan ahorrado, porque se van a comer las patas como los
pulpos esperando a que esta menda vuelva.
Y
por fin Septiembre. Si alguien piensa venir a Marbella de vacaciones, es el
mejor mes. El agua del mar está calentita, los higos maduran con el tarot y las
familias con niños se marchan a preparar el curso de invierno. Según dicen, los
baños de este mes son los mejores para prevenir y combatir los resfriados de
invierno.
Los
que nos quedamos recuperamos nuestra ciudad y sólo nos falta un buen chaparrón
para limpiar la atmósfera del polvo y la polución de tanto coche agostero.
Así
que ya sabéis, los que aún no habéis pensado a dónde ir en septiembre y aún os
quedan vacaciones, venid a Marbella, que es un paraíso todos los meses del año,
y como en septiembre también hay ferias y conciertos en la zona, ya a precios
populares -como los de la Luna Mora de Guaro-, a disfrutar de este mes… y a seguir
con la actualidad. Así vemos cómo los pescadores de la bahía de Cádiz se
tendrán que tirar al mar y sacar, aunque sea con los dientes, las moles que les
pusieron los ingleses para poder volver a sus caladeros de pesca, mientras los
políticos, -como siempre-, no se ponen de acuerdo. Pues eso, habrá que ir sacando las moles aunque sea con
los dientes. También seguiremos las peripecias del niño del Paquirrin, que me tiene muy preocupada,
porque la ex-parejita no se pone de acuerdo y tienen al pobre infante de pin y
pon, aunque ya se encarga la primera cadena de TV, -que pagamos entre todos-,
de que sus padres estén en el candelero de rabiosa actualidad pa ganar mucho
dinerito y que a ese niño no le falte ni gloria, ¡¡ por Diooooooooosssssss!!. Y
también estaremos pendientes del curso escolar, porque ¡cuánta incultura, Dios
mío!, que los pobres niños andaluces no puedan ir al colegio por falta de
material. Pa´ eso estamos los padres, pa´ proporcionar libretas y lápices, que
tienen que estudiar mucho y servimos de ejemplo entrando a robarlas en el
Carrefour. Ahí, con dos cojones. Luego le damos una guantá que le da dos vueltas la cabeza cuando el infante nos manda
a tomar por el c… y le decimos aquello de: “¿y
eso es lo que te enseñan en el colegio?, ya iré yo a hablar con la maestra”.
Si es que no tenemos remedio…
Seguimos
en contacto…si queréis.
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