Pues
sí, mientras les doy los cien días de cortesía pa´ comentar otro tipo de
actualidad, -que aunque ya sabéis que este blog no es político, la actualidad
es la actualidad…-, me fui de concierto
a Málaga a ver a ese peazo de fistro pecadorrrrr
pajillero que no tiene pecho pa´ tanto torrente de voz como derrocha, ¡por
Dios, si es un pajarillo que sólo tiene huesos!
Se
oía a las mujeres gritarle –“¡guapo!”-, y está mejor ¿eh?, no lo recordaba yo
tan esclarecío de cara y con tan buen
semblante. Se quitó la gafas y normalmente tiene un cara cetrina ojerosa, que
no da bien en las fotos, pero al natural se puede mirar, casi casi diría que
estaba guapo, pero hacía tanta caló, ¡pero caló!, que pensé, -“éste no acaba el
concierto y se nos termina haciendo un charquito, el pobre Antoñillo”-.
Pero
qué va, sudaíto y tó cantó ante un público entregao,
-yo la primera-, que se sabía todas sus canciones, y nos volvió a enamorar con
su torrente de voz tan melódica.
Y
mira que a mí, de los cantantes latinos, me gusta algunas canciones, porque
tienen mucho ritmo, pero eso de “¡a gosar!” y a refregar la cebolleta, tengo
ese puntito reprimío, que a mí que un
tío que no conozco de ná se me
restriegue, como que no, yo me restriego con mi marío y punto. Lo siento, seré
una reprimía, pero los bailes latinos,
con tanto golpe de cadera que cualquiera se te restriega, sin haber sido
presentados y sin saber dónde ha meao
ese tío antes, como que no.
Nos
engañaron como a chinos con las entradas VIP, porque aunque le vimos bien, estábamos
apretujaos como sardinas, casi a pié
quieto dos horas, y soportable sólo a golpe de abanico. Este concierto se
merecía un estadio más grande, al aire libre y con el mismo precio en todas las
entradas, para moverse y disfrutarlo más, y no que pagamos un precio excesivo
que no lo valía.
Con
la última canción, VIVIR LA VIDA, cuando la letra decía, “a veces llega la
lluvia, para curar las heridas”, comenzó a caer gotas del cielo y nos llovió un
poco aliviando el calor, fue mágico. Parecía que hubiese sido obra del organizador,
que no sé quién es, pero desde luego tuvo menos detalles que un panda, ¡ni
papel del water puso, oigan! Una verdadera caca de patrocinador, al que le
dieron mucho bombo y mucho instagram y mucha foto para ver lo lleno que estaba
el aforo, pero ya digo, ni papel para el water puso, y mucha promoción de ron
caribeño, pero no podías tomar un chupito, -para probar, digo yo-, no, qué va,
una botella a sesenta y pico euros, pasote, pero pasote. Nos quitan a la
entrada del concierto las botellas de agua y luego te las venden a diez pasos a
dos euros la botella pequeña, que en muchos conciertos, si son de plástico y le
quitas el tapón, te la dejan llevar. Lo siento por parecer una rata, pero es
que hizo tanto calor que a poco que te movieras te deshidratabas.
Ya
digo, el público entregaísimo y el cantante
emocionao por tanta devoción, no es
para menos, hizo un peazo de concierto, y lo que no me gustó fue que sacó
al escenario a los dos morenitos con los que canta lo del arroz con habichuelas
y no lo cantaron allí. Pues entonces que no hubiesen salido al escenario,
nos puso los dientes largos y nos dejó estrellaos, porque ante un público tan entregao, hubiese sido todo un detalle.
Olé
por el Marc, Antoñillo pa´ los
amigos. We keep in touch, tú ya sabes...
Prueba
ResponderEliminarAnda luego pa que critiquen los precios de la starlite !!! sería pa verte a ti dando abanicazos, vamos que el Marc lo tuvo que hacer requetebíen para que aguantaras esa pelotera jajaj
ResponderEliminarTe van a temer los patrocinadores de eventos porque tu ojo crítico no falla
cuñá que esa he sido yoooo este ordenador que me tiene loca
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