EL POR QUÉ DE ESTE BLOG

EL POR QUÉ DE ESTE BLOG

Bueno, bueno, bueno, pues se explica en pocas palabras: ESTOY EN EL PARO.

Si, después de 34 años trabajando, ahora estoy en el paro y como la cosa me temo que va pa´ largo, pues tengo que fogá, ¿sabéis lo que es eso?, pues que necesito algo que hacer para quemar energía.

Trabajando en hostelería, tratas con todo tipo de personas al cabo del día, clientes y compañeros de trabajo, y si además la mayoría son mujeres, que somos muy charlatanas y llevamos muchos años trabajando juntas, filosofamos mucho de familia, noticias, arte, cultura, actualidad en general y cotilleos; pues eso es lo que me falta, compartir.

Cuando estoy cocinando con la radio puesta y me viene a la cabeza algo que creo es interesante y que podría compartir, lo escribo en el ordenador, y como me he apuntado al feisbuk, lo comparto con la corrala cibernética de familia y amigos.

Ahora me han dicho que sería interesante que hiciera un blog. Pues vamos a ello.

Advierto que son cosas mías, igual hay veces que se me va la olla, son cosas cortitas del día a día y los que me leen hasta ahora dicen que les hace gracia, sólo escribo cuando encuentro algo que me inspira y creo que se puede compartir.

SI ME QUERÉIS, SEGUIDME.

miércoles, 29 de julio de 2015

MARC ANTHONY EN MÁLAGA

Pues sí, mientras les doy los cien días de cortesía pa´ comentar otro tipo de actualidad, -que aunque ya sabéis que este blog no es político, la actualidad es la actualidad…-,  me fui de concierto a Málaga a ver a ese peazo de fistro pecadorrrrr pajillero que no tiene pecho pa´ tanto torrente de voz como derrocha, ¡por Dios, si es un pajarillo que sólo tiene huesos!
Se oía a las mujeres gritarle –“¡guapo!”-, y está mejor ¿eh?, no lo recordaba yo tan esclarecío de cara y con tan buen semblante. Se quitó la gafas y normalmente tiene un cara cetrina ojerosa, que no da bien en las fotos, pero al natural se puede mirar, casi casi diría que estaba guapo, pero hacía tanta caló, ¡pero caló!, que pensé, -“éste no acaba el concierto y se nos termina haciendo un charquito, el pobre Antoñillo”-.
Pero qué va, sudaíto y tó cantó ante un público entregao, -yo la primera-, que se sabía todas sus canciones, y nos volvió a enamorar con su torrente de voz tan melódica.


Y mira que a mí, de los cantantes latinos, me gusta algunas canciones, porque tienen mucho ritmo, pero eso de “¡a gosar!” y a refregar  la cebolleta, tengo ese puntito reprimío, que a mí que un tío que no conozco de se me restriegue, como que no, yo me restriego con mi marío y punto. Lo siento, seré una reprimía, pero los bailes latinos, con tanto golpe de cadera que cualquiera se te restriega, sin haber sido presentados y sin saber dónde ha meao ese tío antes, como que no.

Nos engañaron como a chinos con las entradas VIP, porque aunque le vimos bien, estábamos apretujaos como sardinas, casi a pié quieto dos horas, y soportable sólo a golpe de abanico. Este concierto se merecía un estadio más grande, al aire libre y con el mismo precio en todas las entradas, para moverse y disfrutarlo más, y no que pagamos un precio excesivo que no lo valía.

Con la última canción, VIVIR LA VIDA, cuando la letra decía, “a veces llega la lluvia, para curar las heridas”, comenzó a caer gotas del cielo y nos llovió un poco aliviando el calor, fue mágico. Parecía que hubiese sido obra del organizador, que no sé quién es, pero desde luego tuvo menos detalles que un panda, ¡ni papel del water puso, oigan! Una verdadera caca de patrocinador, al que le dieron mucho bombo y mucho instagram y mucha foto para ver lo lleno que estaba el aforo, pero ya digo, ni papel para el water puso, y mucha promoción de ron caribeño, pero no podías tomar un chupito, -para probar, digo yo-, no, qué va, una botella a sesenta y pico euros, pasote, pero pasote. Nos quitan a la entrada del concierto las botellas de agua y luego te las venden a diez pasos a dos euros la botella pequeña, que en muchos conciertos, si son de plástico y le quitas el tapón, te la dejan llevar. Lo siento por parecer una rata, pero es que hizo tanto calor que a poco que te movieras te deshidratabas.

Ya digo, el público entregaísimo y el cantante emocionao por tanta devoción, no es para menos, hizo un peazo de  concierto, y lo que no me gustó fue que sacó al escenario a los dos morenitos con los que canta lo del arroz con habichuelas y no lo cantaron allí. Pues entonces que no hubiesen salido al escenario, nos  puso los dientes largos y nos dejó estrellaos, porque ante un público tan entregao, hubiese sido todo un detalle.


Olé por el Marc, Antoñillo pa´ los amigos. We keep in touch, tú ya sabes...


3 comentarios:

  1. Anda luego pa que critiquen los precios de la starlite !!! sería pa verte a ti dando abanicazos, vamos que el Marc lo tuvo que hacer requetebíen para que aguantaras esa pelotera jajaj
    Te van a temer los patrocinadores de eventos porque tu ojo crítico no falla

    ResponderEliminar
  2. cuñá que esa he sido yoooo este ordenador que me tiene loca

    ResponderEliminar