Cuando
yo era chica, mi madre dice que con una silla pequeña de anea, un peine y una
muñeca me pasaba las horas muertas, -así de tranquila era-, no entiendo por qué ahora, de mayor, cualquier cosa que
oigo con la que no estoy de acuerdo me arrea un chispazo que me revoluciona todos
los nervios del cuerpo y me vuelvo peleona. No me reconozco y tiene que ser
cosa de las hormonas, -aunque sé que con este tema me pongo muy pesada-, pero
me estoy investigando intro pa´ mi y
no tengo otra explicación. Me pongo a hablarlo con mi gente y me dicen: -“Paqui,
eso lo cuentas en una crónica”-, “¡Pero
si os lo estoy diciendo a vosotras!”, -“pues una crónica pa´ compartirla,
que aunque no lo creas (y no me lo creo), eres algo así como la conciencia del
pueblo llano,… pero mu llano, mu llano”-. ¿Es cachonda o no es cachonda
mi gente?
A lo
que voy, estaba yo en la plaza oyendo hablar a mis amigas y una de ellas decía,
“pues en mi pueblo (hablamos de Andalucía, ¿eh?) hay unos chicos guapísimos a
rabiar, pero en cuanto abren la boca y hablan, son catetos, catetos que te
echan p´atrás”- ¿Y por qué son catetos, sólo porque hablan en andaluz? ¡Por
Dios!, cómo nos gusta poner etiquetas y aunque hayamos tenido un presidente de
gobierno andaluz, -que por cierto nunca ha perdido su acento-, no nos quitamos
esa etiqueta de catetos. No, si ahora va a ser que todos los que nacen de Despeñaperros
p’arriba vienen con un master en la boca.
Lo que hay es que leer más y dejar de ponernos etiquetas, que tanta incultura
no la da la tierra en la que naces, sino el no tener un poco de cultura
general, que es muy bonita y te abre la mente para cuestionar y para tener
curiosidad por saber.
Bueno,
pues el caso es que me gusta mucho leer y me comentó mi marido que en el libro La Reina del Sur del Pérez-Reverte le había
comentado un amigo que se nombraba a Marbella y toda esta costa y le dije, -“vaya
por Dios, si eso sirve para que tú también te aficiones a la lectura, yo te lo
regalo”-. Pues como tres años se ha tirado el libro en su mesilla de noche. Al
principio lo abrió y después nunca más. Yo vi la serie en televisión, pero el
libro no lo había leído hasta esta semana. No me extraña que mi marido lo
soltara, porque la protagonista, “La Mejicana de Sinaloa”, que es como decir “La
Paca de Marbella”, -pero sin pasar por el instituto Río Verde-, se explica así
en el libro, textual: “Quebraron al Güero Teresa, lo bajaron y también a su
primo, ahora vienen a por ti. Lo imaginó asintiendo atento, quemando mota y
cruzadas las piernas, la mascada al cuello de la camisa, harás eso por mi
carnal si me rompen la madre, le dirás que corra y no pare de correr, bien
prietita, porque también se la querrán chingar a ella...” Pues así más o menos
comienza el libro y viene sin diccionario sinaloense. Ahora comprendo que mi
marido no lo leyera, pero no me ha dicho ni mú, ni he oído a nadie quejarse de
que esté escrito usando esa jerga. ¿Por qué?, si es algo autóctono del lugar
que describe y le da al escritor una pátina de chulería de “yo he viajado y me
he documentado pa escribir el libro”, ¿o no? Pero no deja de ser una jerga
autóctona y será mas o menos molona, pero no es castellano, como tampoco es
castellano cuando mi padre me decía, “hay que ver las faiciones tan bonitas que tiene esa niña” o cuando mi madre me dice
que tiene “un peazo de problema con
el estantino”. Mis hijas se ríen y
por supuesto estas palabras cayeron ya en desuso, pero ¿porqué en otras
regiones hay castellano antiguo y en Andalucía catetos?, no lo entiendo y somos
nosotros mismos los que nos denigramos. Hay que sacudirse la etiqueta ya y
dignificar nuestras raíces, porque si no lo hacemos desde aquí, que es la base,
nadie nos tomará nunca en serio, ¿eh?, no
ni ná.
No ni na,que razón tienes cuña.tus crónicas son un ejemplo de la gracia andaluza rebosante de intelecto.Como siempre muy interesante
ResponderEliminarChiquilla , tu si k dices la verdad, no esos k hablan de Andalucía , sin ni siquiera haber tenido la suerte de conocer un poquito de ella y de su gente
ResponderEliminaresa es mi Paca!!!k se mueran los pendejos!!1
ResponderEliminarla ignorancia es muy osada ,y hay mucho ignorante suelto
ResponderEliminar