EL POR QUÉ DE ESTE BLOG

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Bueno, bueno, bueno, pues se explica en pocas palabras: ESTOY EN EL PARO.

Si, después de 34 años trabajando, ahora estoy en el paro y como la cosa me temo que va pa´ largo, pues tengo que fogá, ¿sabéis lo que es eso?, pues que necesito algo que hacer para quemar energía.

Trabajando en hostelería, tratas con todo tipo de personas al cabo del día, clientes y compañeros de trabajo, y si además la mayoría son mujeres, que somos muy charlatanas y llevamos muchos años trabajando juntas, filosofamos mucho de familia, noticias, arte, cultura, actualidad en general y cotilleos; pues eso es lo que me falta, compartir.

Cuando estoy cocinando con la radio puesta y me viene a la cabeza algo que creo es interesante y que podría compartir, lo escribo en el ordenador, y como me he apuntado al feisbuk, lo comparto con la corrala cibernética de familia y amigos.

Ahora me han dicho que sería interesante que hiciera un blog. Pues vamos a ello.

Advierto que son cosas mías, igual hay veces que se me va la olla, son cosas cortitas del día a día y los que me leen hasta ahora dicen que les hace gracia, sólo escribo cuando encuentro algo que me inspira y creo que se puede compartir.

SI ME QUERÉIS, SEGUIDME.

lunes, 1 de septiembre de 2014

VOLVIMOS A BOLONIA

Como la letra de la canción, “a Tarifa pal winfirsun y no hay viento”, pero al revés.

Cómo me revienta ver el tiempo por la noche en la primera cadena, me aburre como una ostra, me puede tanta pedantería, y ahora además con más tiempo para remachar y remachar los “posibles, probables y puede que por la mañana y a lo mejor por la tarde” y dale que te pego, con que vienen los vientos desde la Conchinchina y luego pasa lo que pasa, que vi una raya en la zona de Tarifa y… pos vámonos pá Bolonia: con los niños, la comida, las sombrillas, las neveras… y cuando llegamos, ¡por Dios, pero esto que eeesss!, Íbamos a volar, con la arenilla que parece pan rallao dándonos en las espinillas, que los mosquitos enfurecíos de las marismas se quedan mamando al lao de los picotazos que da esta arena.  

Bueno, como la playa es maravillosa, nos quedamos,  a ver si amaina. Montamos el chiringuito y por poco gastamos todas la piedras de la excavación que hay allí pa´ aguantar las toallas. Total, como la playa es espectacular y hacía un sol de justicia, pues nos fuimos a andar y a bañarnos. El agua clarita, clarita y buenísima, incluso con olas y viento, la juventud subió a las dunas de arena, -que siempre me maravilla que la arena no queme- y al volver del paseo, las toallas estaban enterrás bajo siete metros de arena, miramos y remiramos a ver si en la arena mojá de la orillita se podría comer, pero no había manera, con un viento que te seca el gaznate, un sol de justicia, ni una sombra pa´ cobijarte y desmallaos de hambre sin poder destapar ni una fiambrera, había que tomar una decisión, y al ver a mi sobrino con una toalla por la cabeza, que parecía Doña Rogelia, colorao como un tomate y diciendo -a ver cuando me sacan de una vez de esta playa-, finalmente decidimos irnos a comer al chiringuito y quitarnos de la solana y el viento. Imposible, imposible quedarnos en la playa.

Y digo yo, ¿pa´ qué tantas explicaciones de la tía del tiempo, pa´ qué tantas isobaras y tantas presiones?. Lo que tienen que hacer es ir un veranito a las costas de Tarifa y pasar un fin de semana con viento y otro sin viento, pa´ saber de lo que hablo, y a ver si afinamos un poco más en esa zona,  porque si la hubiese tenío a mano, le hubiese dicho cuatro cosas bien dichas, que los antiguos sin tanta palabrería ni tantos estudios, sabían en sus huesos cuándo iba a cambiar el tiempo, porque la presión la sentían en los huesos y las isobaras, cuando venían juntas, las notaban en la rabadilla.

Un señor muy simpático, cuando ya nos veníamos huyendo, nos dijo que la próxima vez nos metiésemos en una página tal de Internet, y que cuando pusiera más de tres o cuatro nudos, ni lo intentásemos. Pero digo yo, si te tienes que meter en Internet pa´ ver el tiempo en la costa de Cádiz, ¿pa´ qué se tira el tío del tiempo dándonos tantas explicaciones durante más de un cuarto de hora?, que cuando estoy esperando pa´ ver la película de la primera, -sin anuncios-, y oigo que después de terminar las noticias, el deporte y el tiempo, ¡vuelve a sonar la musiquilla del tiempo!, me pongo cardíaca, ¡¡pero otraaaaaaa veeeeezz, por Dioooosssss!!.

Como soy positiva por naturaleza, bien está lo que bien acaba, así que terminamos comiéndonos el almuerzo de la playa en el campo de mi madre para la cena... y aunque me dejó muy mal sabor de boca no poder disfrutar de esa playa tan maravillosa… lo tenemos pendiente, pendiente, pendiente.






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